Tito está en esa fase en la que cualquier cosa que sale sobre su figura o cualquier declaración que haga es vista como una prueba de que la cosa no va mal. Tito dice que el Barça no mereció perder por 4 goles en Munich y es visto como una prueba de la complacencia, de falta de autocrítica. Poco importa que haya reconocido que el equipo fue inferior al Bayern. El gen autodestructivo del barcelonismo sale a la que puede.
Todo a pesar de que las palabras de Tito son verdad. La primera parte el Bayern solo crea peligro a balón parado. El Barça concede demasiados córners y eso es un error. Muchos evitables. Error reconocido por Tito. Pero en esos 45 minutos, de jugada el Bayern solo tiene una ocasión, la de Robben, clarísima, pero producto de un error en la entrega de Valdés en el inicio de la jugada.
La diferencia de juego entre ambos equipos no era ni mucho menos baño. Ni mucho menos lo que se vio en la segunda mitad. Ahí sí, el Bayern pasó por encima del Barça, con un Barça volcado al ataque e intentando marcar un gol a la desperada que lo metiese en la eliminatoria. En el fondo, era igual un 2 a 0 o 3 a 0 que un 4 a 0. Este Bayern es mucho Bayern. Pero si se hubiese marcado un gol, ahora estaríamos diferentes.
No, no nos hemos vuelto locos. El Barça jugó mal, muy mal en Munich, pero la diferencia de verdad que no nos parece que el Bayern fuese tan extraordinariamente superior como marca el resultado. Pero eso son sensaciones, lo que está claro es que mucho se debe cambiar para que la imagen del equipo sea diferente.
Tito lo ha dejado claro. La clave es que los goles lleguen a través del juego. Solo a través de eso el Barça tendrá opciones de pasar. Es igual que los goles lleguen más tarde o más pronto. Lo importante es que el juego de confianza al equipo, a los jugadores y a la afición. Una vez se juegue bien, todo puede pasar.
Jugar bien, lógicamente, pasa por defender bien. Por no conceder córners cuando hay otras opciones, por tener la pelota para ser agresivos con ella, pensando más en encontrar el espacio que en asegurar el pase, pasa por desequilibrar en el mano a mano a mano, en pedir el balón al espacio y no al pie.
En resumen, en volver a aquellas cosas básicas en el Barça, más allá de la verticalidad o no, más allá de que la presión sea más arriba o más abajo. Si todo lo anterior se ve, todo puede pasar. Incluso que el Bayern gane. Porque sí, el rival que tenemos está un escalón por encima de nosotros, tanto colectivamente como individualmente. Al menos a día 30 de abril de 2013.
Pero este Bayern es humano. También se deja ir, también se relaja y también es vulnerable. La primera parte de la ida contra la Juve el Bayern sufrió mucho. Contra el Arsenal, aunque más accidente que otra cosa, estuvo a un gol de quedar eliminado. Ustedes se imaginan llegar al minuto 80 a dos goles de la clasificación o de la prórroga?
Miren, no pensamos ni mucho menos que podamos pasar. No, pero si que creemos que el equipo genere 5 ocasiones y que el equipo meta 4. Y si el Bayern tiene un día parecido al que tuvo el Barça en Stanford Bridge el año pasado, pues…Que eso pase es muy difícil, igual solo sucede una vez de cada 50 partidos que se disputan. Pero soñar es gratis.
Y lo que vale dinero es el juego, la competitividad, el orden y la esencia del equipo durante estos últimos 5 años. Volver a ver el equipo de los meses de noviembre y diciembre. Si eso sucede, sea cual sea el marcador, nos daremos por satisfechos. Aplaudiremos, comenzaremos a pensar en llegar a Lisboa el año que viene e intentaremos cerrar lo antes posible la Liga, que celebraríamos como se merece.
No sabéis cuánto vale el orgullo!!!
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